La industria alimentaria y sus procesos

En la actualidad la industria alimentaria ha venido experimentado un proceso intenso de diversificación, el mismo comprende desde pequeñas empresas tradicionales de gestión familiar, que se caracterizan por el empleo intensivo de la mano de obra, hasta los grandes procesos industriales que incluyen suministros GT, que son altamente mecanizados y que están basados en el empleo generalizado de capital.

Diferentes ramas de la industria alimentaria dependen en su totalidad de la agricultura o la pesca que se realiza de forma local. En otros tiempos dicha dependencia le daba paso a una producción estacional y también a la contratación de trabajadores por temporadas.

Esta presión afrontada por los trabajadores ha sido atenuada a raíz de las mejoras tecnológicas en el tratamiento y conservación de los alimentos y que se debía a la necesidad de procesar con la mayor rapidez tales alimentos con el objetivo de evitar el deterioro de los productos. De esta manera se han visto reducidas las fluctuaciones estacionales en el empleo.

Con ello no queda descartada la idea de que aún existen ciertos sectores que continúan desarrollando este tipo de actividades de temporada, como los son por ejemplo: el tratamiento de la fruta fresca y las verduras, o en lo que se refiere a la producción de pasteles y chocolates, que se incrementa en los períodos vacacionales. Estas son filas que suelen engrosar mujeres y trabajadores extranjeros.

Es sencillo observar como la producción de alimentos a nivel mundial se ha ido incrementando. Las exportaciones de este tipo de productos han llegado a alcanzar los 290.000 millones de dólares tan solo hace cuatro décadas, lo que representó un crecimiento del 30 % respecto al compararse con 1981.

Es importante destacar que gran parte del incremento puede ser atribuido a un aumento en la demanda de bebidas y alimentos elaborados, sobre todo en aquellos países en desarrollo, donde el mercado no se ha saturado aún.

A raíz de todo este aumento de la producción alimentaria, el crecimiento del empleo no se ha generado debido a la intensificación de la competencia, situación que ha dado lugar a la reducción de la mano de obra que se utiliza en gran cantidad de ramas del sector, sobre todo en los países industrializados.

Estas tendencias encuentran su origen en una mejora de la productividad y de la mecanización en gran parte de estas ramas.

Si nos remitimos a la práctica con el fin de satisfacer las demandas de la población, no solo se necesita de una cantidad que sea suficiente de alimentos, cosa que exige una elevación de la producción, sino que además requiere de un control estricto de la higiene con la finalidad de alcanzar la calidad indispensable para mantener la salud del consumidor y de la comunidad.

Los riesgos de la manipulación manual se han visto atenuados por una modernización de las técnicas que se justifica con la necesidad de obtener grandes volúmenes de producto dentro de un entorno que es productivo y estable.

Más allá de la enorme diversidad de las industrias alimentarias, los procesos de fabricación tienden a dividirse en la manipulación y el almacenamiento de materias primas, la extracción, la elaboración, la conservación y el envasado, para lo que se requieren diferentes maquinarias.